Bailando solo entre poesías y fotografías

  Igual practicamos el sexo porque añoramos nuestra niñez, porque echamos en falta las caricias, los abrazos, los besos de nuestros padres.

  Atardeceres en el Retiro. Las hojas caen detrás de mi, los árboles me dan cobijo. Atardeceres en el Retiro, bancos para leer, dormir, comer, morir, paseos para disfrutar,  llorar,  reír,  olvidar. Atardeceres esperados con ansia, crepúsculos que deseas que no acaben nunca. La hora de la decadencia, la hora de encontrarte contigo mismo, de la relajación,  quizá de la muerte, acaso del renacimiento. Atardeceres en el Retiro, armonía entre el caos, oasis dentro del asfalto. Ocasos en el Retiro, la serenidad ante la muerte.

 El poema se escapa,  se pierde, quieres atraparlo,  pero es más listo que tú. Quieres preguntarle, pedirle consejos. Pero él se ríe, juega contigo. Se mofa de mis experiencias,  se burla de mis aventuras sexuales. Y yo, sigo buscando las palabras adecuadas, Pero me esquiva y me las esconde. Poema ¡: Dame una pista! Poema: ¿Dónde encuentro tus palabras? ¿Dónde están tus sentimientos? Deja ya de burlarte de mi. Sal de tu escondite, y déjame expresar mis sentimientos.

  Sin ti, una nube a la deriva sin ti, una lluvia seca. Un pájaro sin alas, un león afónico, un guepardo cojo. Sin ti,  como las estrellas  que esconden la oscuridad de la noche, como el sol cubierto de hielo. Sin ti,  como una mosca que no molesta, como un perro que te rehúye, como un gato que no ronronea, como agua que sabe a lejía, como un ciego ante una mujer desnuda.