Críticas
Enrique me gusta la manera en como rompes esquemas y haces poesía de una manera no convencional. En cuanto a la temática, tu descripción del ser humano en general y las mujeres en particular es muy realista porque colocas una gran cantidad de adjetivos que encierran toda la complejidad del hombre y mujer, además describes la parte oscura del ser humano, es decir sus imperfecciones, tabus, pecados, etc. Muy bien
MATEO FERNANDO OÑA
yo rescato de estos versos la fluidez que tienen sin atender a un patrón básico, tienen gracias y buen tono.
WALTER MONDRAGON
Bajo mi punto de vista de poeta muy exigente con la métrica y el ritmo, ve que
en estos poemas no hay rima, en absoluto. Bien podría decirse que se trata de
una prosa poética. Pero tienen algo que me llega, que entiendo. Que no estás en
ese grupo de poetas que escriben, escriben incluso respetando las normas de una
buena poesía pero que, al final, una se queda sin saber qué es lo que quieren
decir. No es tu caso.
MARIA DEL CARMEN ESPADAS BURGOS.Experta en poesía, nací en Ciudad Real. Estudie en la Escuela de Magisterio y he trabajado como técnico en Administración Local. Soy profesora de música en la especialidad de piano Carrera que hice en Madrid. Soy compositora. Pero mi tiempo lo dedico a escribir poesía. La mayor parte en forma de sonetos con temas muy variados.
Me gusta tu forma de escribir. Con total desenfado describes y embelleces las rutinas absurdas (como todas) de una ciudad. Felicidades, Enrique.
Jesús Maria Mayorga Mota
Experiencias de un adolescente rebelde
(es mi interpretación).
Me encantó tu texto.
¡Felicitaciones!
Saludos
Delia Checa
Me agradó leer estas letras, muy "liberadoras" del ser, -diría-, en un estilo libre, sin parámetros, ni formatos... más que el formato impuesto por el efluir del concurso de la vida por la vida. Letras que dan cuenta de situaciones que pudieron ser mejores, de eventos de dicha en los que no se aportó suficiente en la dirección deseada, de desencantos... de valiente y valida auto crítica, que deja conciencia de ello y que rescata un nuevo sentir de vida, de que queda todavía disfrute, en donde otros seres y el entorno en constante evolución, son cómplices necesarios, tratando de hacer mejor las cosas... con desaciertos a no repetir. Algo de esto se rescata de cierta forma en el tema PAZ "Solo puedo decir que estoy vivo.." y en el final TRAVESÍAS "Me olvidaré de las tinieblas, Abriré las ventanas para que el aire me golpee en la cara. Apagaré las luces, dejando que los rayos de sol adivinen mi cuerpo. Soplaré las velas y las tiraré a las brasas del olvido.... El viaje ya ha empezado..."
Gracias por permitirnos leerlas, considero que el objetivo ha sido logrado... los temas trasmiten en buena forma el sentir, aplicación y desarrollo poético de su escritor. Leonardo.
Leonardo Bustos
RESEÑA DE “BAILANDO SOLO”, DE ENRIQUE CRUSELLAS PRIETO
“Bailando solo” se publicaba a mediados de 2014 en una
excelente edición a cargo de la editorial Círculo Rojo. Se
trata del segundo libro de poemas de Enrique Crusellas Prieto,
lector incansable que ha ejercido diversas profesiones pero cuya vida
ha confluido una y otra vez en la poesía. De hecho, al contemplar la
portada del poemario, el lector pudiera pensar que se trata de un
libro autobiográfico, pues se compone de una excelente ilustración (el
diseño de la portada estuvo a cargo de Carlos Páramos Escapa)
que muestra a un hombre con un rostro muy semejante al de
Enrique Crusellas Prieto.
Sin embargo, no es un poemario en el que el autor retrate únicamente su
realidad, es decir, el componente autobiográfico del poema no es el eje
central de sus versos, sino que
esa realidad abre sus puertas para contemplar las realidades de
los demás y buscar de esa manera los puntos comunes de
angustia, felicidad y libertad por los cuales todos pasamos de manera ineludible y casi podríamos
decir cíclica. Y es que la libertad -representada a menudo con el mar y con un vocabulario marítimo
excelentemente elegido, como
ya hizo Javier Egea
para representar con ello la derrota intelectual del marxismo- es ese íntimo impulso que lucha con el entorno para abrirse
paso, como el agua se abre paso a través de los valles hasta abrir su
gran boca en el océano.
«Para crear tu propio océano y decidir cuándo quieres navegar,
cuándo quieres llegar a puerto, cuándo quieres perderte». La importancia del mar, de las olas, del océano, del horizonte,
queda patente a lo largo de este bello poemario, convirtiéndose así
en una maravillosa metáfora mantenida a lo largo del
libro.
Como se destaca en la contraportada de
“Bailando solo”, los poemas
cabalgan «entre la realidad y la ficción, entre la biografía y la
fantasía». De este modo, los anhelos y desesperanzas del poeta se convierten
en expresiones interiores del lector, logrando su poesía abrir esas
compuertas contra las que la imaginación y el alma luchan. Los poemas no explican a Enrique Crusellas Prieto, sino que
explican al propio lector, quedando éste retratado estructuralmente en el poemario tal y
como una lente fotográfica es capaz de captar por su convexidad
la realidad.
Los poemas de este libro tienen la estructura, el ritmo, la
musicalidad necesaria para retratar cada tema que el poeta
aborda, logrando de esta manera esa personificación del lector en el
verso. El uso frecuente de enumeraciones («Tengo tus besos. / Tengo tus caricias. (…) / Tengo tus ojos.
Tengo tu sonrisa»), anáforas («Me gusta ver tus lágrimas cuando lloras. / Me gusta contaminarme
de ti, cuando ríes. / Me gusta verte fumar. / Me gusta verte
bailar»), anadiplosis («Mientras duermo, te sueño. / Mientras te sueño, me despierto. /
Mientras me despierto, te busco»)
contribuyen estilísticamente a que los poemas sean incorporados gratamente al
interior emocional del lector, que se encuentra con un libro
minucioso y bello que, sin embargo, es capaz de tratar temas tabú
como la muerte, el abandono o incluso el
suicidio.
La temática de sus versos permite que, aunque
“Bailando solo” se trate de una colección de poemas,
podamos abordarla
según un
vasto recorrido
por distintas
preocupaciones humanas. En
“Bailando solo” se abordan temas como la pérdida de la fe, como podemos comprobar
en “Ateísmo” («Quizás soy solo un incrédulo. / No creo en otras vidas. / No
creo en tus paraísos. / Quizá soy un ignorante. / Quizá pienses
que no creo
en mí.
/ No
encuentro el
camino que
señalas») y
“Dejé de
creer” («Dime,
¿serás capaz de rezar? / Ya me cansé de buscarte. / Ya me cansé
de tus salvaciones. / Buscaré la salida de estas tinieblas sin tu
ayuda»). La voz poética
busca en otras ocasiones la verdad a través de la denuncia social
(«Detrás de los muros. / Los niños juegan descalzos en las calles.
/ Detrás de los muros»), de la crítica al destino («No me digas dónde estás. Prefiero buscarte, perdiéndome en la
oscuridad»), de la reivindicación de la magia amorosa aun cuando no es
correspondida («A tu lado, aunque me desprecies. / Tan lejos, tan cerca. / ¿Qué
sentido tiene la distancia? / ¿Qué valor tienen las horas?») o directamente de la explosión sexual («Acercarme en silencio. / Acariciar tus senos. / No te despiertes
mi amor»).
DESORIENTADOS
Nubes pasajeras. Solo vientos fríos. Solo yú y yo.
Lejanas luces intermitentes en calles desiertas. Botellas
vacías,
batallas que nunca ganaremos. Vivíamos felices, sin
ambiciones.
Camas sin hacer, platos sucios en la cocina, ¿qué más da? Solo
fue algo de rock and roll.
Despertar en camas ajenas, en ciudades que nunca nos acordaremos
cómo habíamos llegado.
Pero qué más da.
Solo es un poco de rock.
No queríamos cenizas, solo queríamos quemarnos.
Así, poco a poco, detalle a detalle, la realidad va siendo retratada
–no olvidemos que Enrique Crusellas Prieto ha dedicado gran parte de
su vida a su gran pasión, la
fotografía-,
ya que dicha realidad a
veces parece sencilla pero está llena de matices, tal y como defendía
George Perec en
“Un hombre que duerme”, obra en la cual en uno de sus capítulos el autor francés se detiene a
analizar la delicada, bella y sorprendente complejidad que subyace a
un árbol. Del mismo modo, la realidad va tomando forma poema a poema
en
“Bailando solo”, dibujándose del todo una constelación que no es común a todos los
mortales. Habrá hueco para visitar al amor perdido, al amor no
correspondido, para contemplar la magia de la vida, los anhelos
existenciales que se curan (o no) con el mar, los susurros que se
convierten en gritos desesperados, los impostores que se introducen en
el sistema con la única intención de lucrarse, la sensación de vida
plena y los pilares sencillos sobre los que se sostiene la
felicidad…
En cuanto a métrica, con frecuencia encontramos un verso libre
que vertebra el ritmo principal del poema, en muchas ocasiones relacionándose directamente con la
temática que éste trate.
Podremos encontrar versos de métrica mayor y de métrica menor, e
incluso prosa poética. Los poemas suelen tener una extensión concisa pero nada
minimalista, logrando que el poema suene por sí mismo con gran
expresividad,
primando el contenido y la musicalidad estilística ante los
formalismos métricos, lo cual permite que el poemario goce de la
misma libertad que implícitamente se nos muestra en forma de mar cadencioso y
preñado de olas fugaces.
FLORES MARCHITAS
Solo busco las flores que escondiste.
Solo busco el último poema que me escribiste. Solo busco aquel
vídeo que grabamos.
Porque llevo bailando solo demasiado tiempo. Porque llevo
bebiendo solo demasiadas noches. Solo busco aquella foto en la
playa.
Escuchando siempre las mismas canciones.
La nostalgia de vez en cuando te juega malas pasadas. El
desamparo te recuerda lo frágiles que somos.
Leeré solo una vez más aquellos viejos poemas de amores como
navajas clavadas en el corazón.
Aquellos poemas de suicidios adolescentes.
¿Quién dijo juventud divino tesoro?
Te esperaré en el bar que solo tú y yo sabemos.
Si de repente te invadió la nostalgia, seguro que vendrás. Estaré
bailando solo.
Estaré bebiendo con desconocidos. Llevaré aquella flor ya
marchita en el ojal.
En resumidas cuentas, comprobamos que la carrera poética de
Enrique Crusellas Prieto no deja de crecer
y a la vez perfeccionarse, logrando una tremenda conexión entre
forma y contenido, entre temática y expresión, que hacen de sus
poemarios bellas enciclopedias que ilustran nuestro día a día con
sinceridad y esperanza. La barrera entre ficción y autobiografía se
borra con sutileza y maestría, ya que, como decía
Pessoa “el poeta es un fingidor” que mediante su creación recrea las emociones de todos. Las
mudanzas, la vuelta a la infancia, las noches de Blues, los días
gloriosos, el amanecer…
Enrique Crusellas Prieto es un autor que sabe usar las herramientas
que le brinda la contemporaneidad de su estilo en combinación con una
rica gama de recursos estéticos para escribir poemas que saben
retratar con igual acierto el amor y el desamor, el anhelo de compañía
y la soledad, la juventud y el paso del tiempo. Esperamos con ganas su
nuevo poemario, porque seguro que, al igual que con este, nos
sorprenderá.
Autor nacido en Barcelona, ciudad donde realizó estudios de Imagen y
Fotografía Publicitaria, aunque años después residió de manera
continuada en Madrid, donde abrió un estudio de Fotografía,
colaborando con la editorial Espasa Calpe en libros como “Monasterios
de España” y “Teatros de España”, entre otros. Más tarde se trasladó
a
Marruecas, donde residió cinco años durante la escritura del libro de
historia y fotografía “Marruecos, el orgullo de la tradición”. Ya de
regreso en Madrid creó una galería web de arte especializada en pintura,
escultura y fotografía. Es autor de los libros de poemas “Poesías de
cuerpo, amor y mente”
y, más recientemente, de
“Bailando solo”.
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