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Mostrando entradas de octubre, 2018

Yo hablo

Hablo de drogas, hablo de sexo, hablo de política,   hablo de masturbaciones, hablo de sobredosis, hablo de lo que pienso, hablo de lo que me da la gana, hablo mal de mi hija ¿y qué ?, hablo de que no creo en la felicidad, hablo de que no creo en la educación,   hablo de que no creo en la religión, hablo de que no creo en el ateísmo, hablo de que no creo en el anarquismo, hablo de que no creo en mi vecino,   hablo de que no creo en las reglas, hablo de que no creo en los lideres,  hablo de que no creo en las estrellas, hablo de que no creo en el sol, hablo de que no creo en el amor,   hablo de que no creo en la naturaleza, hablo de que no creo en las guerras, hablo de que no creo en la paz,   hablo de que no creo en los ricos, hablo de que no creo en los pobres,   hablo de que no creo en la eternidad, hablo de que no quiero ni necesito creer en nada ni en nadie. Solo somos aves de paso y que el tiempo se encargará de olvidarno

Origen

Donde no existió la tierra. Donde no existió el cielo. Donde no se conocía la palabra sueño. Todo era fuego, agua y aire. Tormentas, lluvias, inmensidad. Donde aún no se sabia lo que significaba la palabra amor. Donde aún no se conocían los pecados, ni se buscaba ningún paraíso.  Donde los besos no estaban restringidos a unos únicos labios, donde no se conocía la palabra posesión.   Donde se vivía con las ventanas siempre abiertas,  donde no teníamos miedo a la oscuridad,  donde no existían los secretos, ni teníamos pudor de nuestros cuerpos. Vivíamos en un lugar donde aún no éramos humanos.

Buscando dioses

Nos pasamos la vida buscando dioses. Nos pasamos la vida intentando explicar el cielo. Queremos volar, queremos sumergirnos en los volcanes solo para comprobar si seguimos con vida. Intentamos descifrar lo que hay en el interior del aire,  Intentamos pintar el viento para que no nos coja desprevenidos. Los terremotos son el enfado de la tierra, y somos pequeños, vulnerables, que solo nos fiamos de falsos iconos, solo veneramos figuras que nunca existieron, y sin embargo nos convertimos en esclavos de los bienes materiales, perseguimos al becerro de oro, adoramos falsos profetas que nos prometen la felicidad eterna para cuerpos finitos. Nos prometen la luz perenne en la oscuridad, y así vivimos entre contradicciones y deseos, entre mitologías y realidades.

Tiempos de confidencias

De la luminosidad a la penumbra. La vuelta a la infancia, a la inocencia. El otoño va descubriendo las verdades. El otoño va desenterrando las miserias, las vidas que no logramos vivir. Tuvimos la energía del sol, la luz que nos golpeaba en la cara. Nunca pensábamos que nada o nadie nos podía derribar. Nos creímos héroes, seres invencibles. El otoño nos puso en nuestro sitio. Nos descubrió nuestras mentiras, nuestras hipocresías. Nos tuvimos de esconder, de taparnos nuestros cuerpos. Con el otoño llegó el tiempo de mudanza, de reflexión. Nunca fuimos tan sinceros.

Otoño

Que llegue el otoño. Con sus colores que nos recuerdan el paso del tiempo. Que llegue el otoño, que el sol me asfixia,  y espero con ansía la llegada de la noche. Celebremos el transcurrir de la vida, por senderos siempre inciertos. Tiempos de recuerdos felices y amargos. Corramos hacia aquel bosque, lleguemos hasta el el mas escarpado de los acantilados, y observemos el ocaso del sol con el sosiego necesario de sabernos inmortales , de que nuestras almas siempre estarán vagando por el aíre, y percibirás que la brisa que te acaricie tu cara, y revuelva tu pelo seré yo. Y que te esperaré para volar juntos y acariciar el cuerpo de nuestros seres amados atrapados todavía en sus cuerpos finitos.